Consejos para padres con niños con TDA-H

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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H) es un trastorno del neurodesarrollo que se presenta generalmente durante la etapa escolar. De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales-5 (DSM-5), su prevalencia se estima en un 5 de cada 100 niños y resulta más frecuente en chicos que en chicas en una proporción de 2:1 según la Asociación Psiquiátrica Americana (APA, 2014).


De acuerdo a estudios electrofisiológicos y neuropsicológicos, así como de neuroimagen estructural y funcional, los principales hallazgos hasta el momento parecen concordar en que el TDAH tiene su origen en una disfunción de la corteza pre-frontal, los ganglios basales y el cerebelo con sus respectivos circuitos, Tellez, (2016). Estas alteraciones cerebrales, provocan en los niños una serie de comportamientos de desatención (problemas de concentración), que pueden o no, ir acompañados de hiperactividad e impulsividad. Se suelen manifestar a través de:

  • Dificultades para planificar el horario.
  • Dificultades para organizar el trabajo y los materiales.
  • Problemas para inhibir estímulos distractores cuando se disponen a realizar una tarea.
  • Se precipitan mucho a la hora de realizar actividades.
  • Les cuesta mucho memorizar textos.
  • Tienen una carencia importante de estrategias para manejar la información.
  • Dificultades para mantenerse concentrados en una tarea.
  • El «soñar despierto»  y estar fuera de lugar con demasiada frecuencia.
  • Interrumpir con frecuencia a los adultos o compañeros.
  • No terminar lo que empiezan.
  • Gran inquietud verbal y motora.

Todo esto es entrenado y trabajado en el colegio gracias los profesores, bien preparados, quienes manejan a nuestros hijos para reducir esta inquietud motora y mental, y la falta de concentración. Es por ello que en periodos vacacionales, deberemos seguir una serie de pautas para que nuestro hijo no se descontrole más de lo necesario y que la ausencia de rutina no le perjudique.

  1. RUTINAS. Las vacaciones son un tiempo en el que los horarios se cambian, las actividades a realizar durante el día también, pasamos más tiempo en la piscina, en casa de los abuelos, etc. Las horas de comer se alteran, las de sueño y las de levantarse. Es por ello que debemos intentar dar continuidad a los horarios que hemos mantenido durante el curso escolar. Tener el día mínimamente organizado y que con un calendario para que el niño lo sepa. Anticiparle los posibles cambios y enseñarle a esperar cuando quiera cambiar de actividad y aún no toque.
  2. TIEMPO EN FAMILIA. Aunque el niño esté de vacaciones y nosotros sigamos trabajando, tenemos que reservar un tiempo para pasar con el niño y reforzar todas las conductas que realice adecuadamente y cada día que sea capaz de ceñirse a la rutina.
  3. JUEGOS. Utilizar el juego con el niño para seguir trabajando su atención y contención. Aprovecharnos de su ocio para que se mantenga concentrado en una tarea, no dejarle cambiar de juegos demasiado rápido y que aprenda a tolerar los tiempos de espera sin conductas disruptivas.
  4. CONTINUAR. Mantener alguna de las actividades que el niño realiza durante el curso para no romper con la continuidad y que no note un cambio radical en su rutina. Es importante no desestabilizar el orden conseguido durante el año.
  5. CAMPAMENTOS. Contemplar la posibilidad de que nuestro hijo acuda a campamentos de verano o campamentos urbanos, organizados para niños con TDA-H y con monitores formados en ellos puede ser una buena idea para que el niño se relacione con sus iguales, además de las vacaciones familiares, en un ambiente estructurado y con una rutina constante durante el día

 

 

REFERNCIAS BIBLIOGRÁFICAS

American Psychiatric Association. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales. Artmed Editorial. 
Téllez, M. G. Y. (2016). Neuropsicología de los trastornos del neurodesarrollo: Diagnóstico, evaluación e intervención. Editorial El Manual Moderno

Charo Ariza
Charo Ariza

Directora en Crene, Profesora en la Universidad Complutense de Madrid, Fisioterapeuta, Master en Patología neurológica y Experta en Concepto Bobath.

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