¿Qué es el Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es una degeneración progresiva de las células cerebrales (las neuronas). A medida que estas células mueren, desaparecen las funciones que desempeñaban y poco a poco, va disminuyendo la memoria (primero, sobre los hechos recientes), la concentración, la orientación en el tiempo, en el espacio y el lenguaje.
Es importante proponer actividades para:
– Mantener la capacidad funcional, es decir, física.
– Evitar el aburrimiento y el aislamiento progresivo.
– Disminuir la dependencia.
– Devolver la autoestima.
– Minimizar las consecuencias de la enfermedad y potenciar al máximo las posibilidades de la persona enferma.
Las tres reglas que el cuidador ha de tener en cuenta en relación a las actividades son:
1) Las actividades propuestas deben poner en juego las facultades mentales y físicas que el enfermo todavía posee.
2) El cuidador no debe realizar la actividad en el lugar de la persona, sino con ella.
3) Siempre hay que dejar a la persona que participa en una actividad el tiempo que necesite.
La elección de actividades:
– Elegir actividades de corta duración y simples.
– Organizarse para que una actividad dure de 20 a 30 minutos, no más.
– Darse cuenta cuándo la actividad ya no le interesa a la persona.
– Mantener las actividades a nivel adulto.
– Intentar construir una “rutina” en torno a una actividad que le agrade.
– Dar muestras de flexibilidad y creatividad tanto en la forma de proponer actividades como de enfocarlas.
Es una enfermedad que en el año 2013 en España, azotó a 1.200.000 personas (2,60% de la población total del país, siendo el 13,4% mayor de 65 años y el 50% mayor de 80 años), sin contar con el entorno del afectado por la enfermedad. Cada año se detectan 4,6 millones de nuevos casos aproximadamente a nivel mundial (un nuevo caso de Alzheimer cada 7 segundos).
El Instituto Karolinska de Suecia y el King’s College de Londres estima, que en el año 2030 el número de personas que padezcan Alzheimer a nivel mundial se verá duplicado, y triplicado en el año 2050.
Tratamiento del Alzheimer
No es raro que a día de hoy, quien más y quien menos, todos tengamos algún familiar o amigo con Alzheimer. Esto se debe a que es la forma más común de demencia entre las personas mayores. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje para luego extenderse al resto de áreas. Por ello, las personas con esta enfermedad pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron recientemente o los nombres de personas que conocen.
Desde Crene queremos hacer énfasis en la importancia de no confundir la enfermedad de Alzheimer, con el declive cognitivo o con el deterioro cognitivo leve:
Se considera Declive a la disminución NATURAL de funciones cognitivas asociado a la edad, por el que todos pasamos conforme envejecemos, por el simple desgaste de nuestro cerebro. Del mismo modo que no somos tan ágiles al caminar, nuestro cerebro tampoco razona o recuerda con la agilidad de antes.
Un paso más allá se encuentra el Deterioro Cognitivo Leve (DCL). En este momento la persona presenta quejas subjetivas de memoria corroboradas por algún familiar o informante, existe un objetivo deterioro de la memoria a través de pruebas neuropsicológicas específicas, pero con conservación de cierta normalidad en el resto de las funciones cognitivas. El desempeño en las actividades de la vida diaria es normal o está mínimamente afectado en las actividades instrumentales y todo ello sin elementos de sospecha de demencia.
Solamente del 8 al 15% (imagen 1) de las personas que tiene DCL desarrolla una Demencia (Allegri, 2005).Para prevenirlo es necesario realizar todo tipo de actividades que mantengan nuestro cerebro activo y estimulado, o acudir a Talleres de Estimulación Cognitiva y/o del lenguaje, como los que ofrecemos en Crene.
En el momento en que existe un diagnóstico de Demencia, cuanto antes se ponga en marcha un plan de intervención, antes podremos frenar el avance de la enfermedad y retardar la repercusión del deterioro cognitivo en las actividades diarias de la persona. Para ello, en Crene contamos con varios talleres; “Entrena tu mente” y “Logopedia para mayores” dirigidos a personas con principio de Demencia. En ellos trabajamos en grupos, todas las funciones que comienzan a verse afectadas. Además también ofrecemos tratamientos más individualizados, centrados en la persona.
En la actualidad no existe tratamiento que pueda detener la enfermedad o curarla. Algunos fármacos pueden ayudar a impedir por un tiempo limitado que los síntomas empeoren, así como la estimulación cognitiva puede realentizar el proceso de deterioro cognitivo. De nosotros depende proporcionar a las personas que la padecen los medios necesarios para prevenir o frenar su avance.
Lo que no sabemos del Alzheimer
El Alzheimer como todos sabemos, es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida de memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a la vez que van muriendo nuestras neuronas y atrofiándose diferentes zonas de nuestro cerebro. Pero ¿Qué no sabemos?
¿Quién fue Alzheimer?
Su nombre se debe a su descubridor en 1901, Alois Alzheimer, que fue el primer investigador en identificar un caso de esta enfermedad en una mujer de 50 años, a la cual le hizo un seguimiento hasta su muerte en 1906.
El Alzheimer no es una enfermedad que se manifiesta en el momento de producirse en nuestro sistema. Se desarrolla en nuestro cerebro décadas antes de que aparezcan los primeros síntomas (65-80 años): dificultad para memorizar cosas nuevas (memoria episódica), cambios de carácter, desorientación en tiempo y lugar, delirios, etc.
¿Cuando es el Día Mundial del Alzheimer?
El 21 de septiembre, se estableció como el Día Mundial del Alzheimer por la Organización Mundial de la Salud. Con el objetivo de que todo el mundo conozca un poco más esta devastadora enfermedad, y recordemos, que los recuerdos pueden caer en el olvido para unos pocos pero nunca el amor hacia nuestros seres queridos. NO CAMINARÁN SOLOS.
La palabra Alzheimer cada vez está más extendida. Cada vez sabemos más sobre esta enfermedad silenciosa que se lleva poco a poco a nuestros seres queridos sin que se hayan ido realmente. Creemos saberlo todo sobre ella y sin embargo somos muchos los que no queremos ver o reconocer que nuestro familiar empieza a mostrar signos.
Todo empieza con pequeños olvidos, despistes, de los que la persona no es consciente. Algunos días no sabe en qué día vive. Otros, se desorienta brevemente en la calle cuando sale del barrio. A veces deja las cosas fuera de su sitio y es incapaz de encontrarlas más tarde, mientras que otras, lo localiza a la primera, pero parece no acordarse de alguna nimiedad que le contamos ayer. Su carácter se vuelve más rígido, o quizá demasiado desinhibido y nos desconcierta.
Todo ello son pequeñas pistas que nos indican que algo está cambiando dentro de nuestro familiar. No en todos los casos estos cambios preceden a la Enfermedad de Alzheimer. Como cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, el cerebro también se resiente con la edad y comienza a atrofiarse de forma natural y sana, provocando cambios en el funcionamiento cognitivo, funcional y conductual de la persona. Estos cambios se convierten en déficits cuando comienzan a afectar a su autonomía, cuando empeoran significativamente en pocos meses. Es en ese momento cuando debemos sospechar que hay una enfermedad degenerativa detrás del envejecimiento natural, que podrá ser Alzheimer u otra enfermedad.
Es muy importante, no solo buscar ayuda cuando llegamos a este punto, de sospecha, si no también antes, con los primeros despistes. Todo lo que hagamos para estimular nuestro cerebro previene y retrasa el inicio de cualquier enfermedad degenerativa.
El primer recurso al que acudiremos serán los médicos, quienes nos ofrecerán un diagnóstico y un tratamiento farmacológico para enlentecer el proceso. Pero con esto no es suficiente. Hace falta mantener el cerebro activo y que reciba estimulación y apoyos de profesionales, Neuropsicólogos y Terapeutas Ocupacionales, que sean expertos en su funcionamiento.
Directora en Crene, Profesora en la Universidad Complutense de Madrid, Fisioterapeuta, Master en Patología neurológica y Experta en Concepto Bobath.