Desde hace ya unas décadas, tanto los más pequeños de la casa como los adolescentes vienen padeciendo dolores de espalda como consecuencia del uso de la famosa mochila escolar para transportar el material del cole desde casa al centro de estudio.
Este dolor lo padecen a lo largo del proceso de formación de los alumnos pero también en la fase de crecimiento y maduración de nuestros hijos, períodos en el que se consolidan tanto el aprendizaje mental como el físico. Los problemas físicos acarreados por el uso de la mochila son más nocivos que en la edad adulta ya que condicionan un crecimiento alterado.
Las mochilas contienen gran cantidad de material escolar, la mayoría de un peso considerable. El tipo de mochila más convencional es el que se lleva colgado a la espalda por dos asas el cual debe ir lo más ajustado posible para evitar su movimiento. En ocasiones los chavales llevan estas mochilas colgadas de un solo asa, lo que supone una perturbación en la simetría del tronco y una predisposición a un crecimiento anómalo.
En los últimos tiempos ha salido al mercado otro tipo de mochila que dispone de dos ruedas y un tirador abatible. Este nuevo modelo está pensado para los más pequeños pero observamos como su utilización no se realiza de manera correcta. A menudo los estudiantes, tiran de este tipo de macuto produciéndoles una torsión del tronco que contractura la musculatura aneja de la columna vertebral.
Desde Crene, centro de rehabilitación neurológica, advertimos que el uso correcto de estos carritos sería empujarlos hacia delante (como lo hacen las señoras mayores cuando van a la compra) para que no se produjesen rotaciones en nuestras vértebras.
Jacobo González
Fisioterapeuta en Crene