Terapia del Movimiento Rítmico e Integración de Reflejos Primitivos
A través de la experiencia con nuestros pacientes neurológicos ya sean adultos o niños, observamos que siempre podemos ir un escalón mas arriba mejorando nuestra formación y afinando los métodos de valoración y de razonamiento clínico.
En el último periodo, no son pocos los padres que nos refieren dificultad de sus hijos/as al realizar tareas y aprendizajes acordes con su edad o a tener comportamientos que sean social y escolarmente aceptados. Una vez descartado cualquier patología neurológica o de cualquier otra índole, se comienza a valorar al niño desde el punto de vista más funcional por parte del equipo rehabilitativo: fisioterapeutas, psicólogos, logopedas y terapeutas ocupacionales.
En el departamento de atención temprana, somos conscientes que toda actuación que mejore las capacidades del niño para relacionarse con el entorno y las demás personas supone una mejora además en la calidad de vida.
Una de las últimas herramientas que hemos incorporado en la valoración y tratamiento es la Blomberg Rhythmic Movement Training (BRMT) o Entrenamiento de Movimiento Rítmico e Integración de Reflejos Primitivos. Esta técnica ha sido desarrollada por el Dr. Harald Blomberg que es un Psiquiatra Sueco y que llegó a España en 2005 cuando se impartió el primer curso de formación.
Los reflejos primitivos son unos movimientos automáticos controlados por el tronco encefálico que permite a los bebés al nacer e incluso cuando están aún en el vientre materno, moverse para aprender y explorar el mundo que les rodea. Estos reflejos con el paso del tiempo desaparecen a través de su integración por el sistema nervioso central pasando algunos a ser reacciones posturales y de equilibrio. Por ello debemos observar si nuestro bebé pasa por todas las fases del desarrollo para estar seguros que su cerebro se desarrolla adecuadamente y que recibe la suficiente estimulación.
La técnica consiste en una serie de ejercicios basados en los movimientos naturales y espontáneos que hacen los bebés desde que nacen. Son ejercicios rítmicos y suaves que se hacen tanto de forma activa como pasiva. Consiguen mejorar el tono muscular o relajar las tensiones y espasticidades, además de ayudar al desarrollo normal cuando este no se haya producido en modo adecuado.
Se debe sospechar que nuestro hijo/a necesita una valoración y tratamiento de los reflejos cuando:
– existen problemas de lateralidad y movimientos cruzados
– se tropieza mucho, se le caen las cosas de las manos con facilidad o no es capaz de atarse los cordones de las zapatillas
– tiene mala postura cuando se sienta a escribir o no puede parar quieto en una silla
– no controla el pis (eneuresis)
– se marea por movimientos simples
– tiene hipersensibilidad a la luz, al tacto, a los estímulos visuales o kinestésicos
– presenta hiperactividad
– se observan problemas de comportamiento: muy introvertido, tímido, agresivo o impulsivo
– manifiesta dislexias y dificultades de aprendizaje
– tiene dificultades de atención y se distrae fácilmente
La no integración de un reflejo primitivo afectará no sólo a las habilidades motoras gruesas o finas, sino también a la percepción sensorial y cognitiva. Cuando hay muchos reflejos no integrados las dificultades serán mayores y podremos observar una inmadurez neurológica.
Existen además situaciones ligadas a una patología donde la terapia está también aconsejada como la Parálisis cerebral infantil, TDAH, TEA…
La valoración y el tratamiento esta aconsejada a cualquier edad pues se adapta a las circunstancias de cada persona, no es exclusiva de la edad temprana pues encontramos muchos adultos cuya problemática esconden un problema de integración de los reflejos y puede ser abordada desde esta perspectiva.

Directora en Crene, Profesora en la Universidad Complutense de Madrid, Fisioterapeuta, Master en Patología neurológica y Experta en Concepto Bobath.