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El perfil de las cuidadoras y cuidadores familiares en España es.
Mujeres | 83% |
Hombres | 17 % |
- De entre las mujeres:
Hijas | 43 % |
Esposas | 22 % |
Nueras de las personas dependientes | 7,5 % |
- La edad media
Edad media de los cuidadores |
52 años |
- Prestan cuidados diarios a la persona dependiente
Cuidados diarios | 60 % |
Y además,
- No tienen ocupación laboral remunerada
- Comparten el domicilio con la persona cuidada
- Comparten el rol de cuidador con otros roles familiares.
El hecho de que la mayoría de cuidadores sean mujeres se explica por el rol que éstas han venido adoptando tradicionalmente en la sociedad y por ende en las familias.
Ante la aparición de la dependencia en un familiar, es generalizado que sea una mujer la que se convierta en cuidadora principal.
El hecho de convertirse en cuidadores puede acontecer de forma inesperada o poco a poco. Va a depender de cómo nuestro familiar entra en la situación de dependencia por una enfermedad, accidente repentino, o por un proceso degenerativo progresivo.
Lo más probable es que la mayoría de los cuidadores que comienzan a serlo no estén adecuadamente preparados para serlo.
Esto unido a que la aparición de una situación de dependencia ante la que hay que prestar cuidados afecta a todos los miembros de una familia, puede provocar que aparezcan tensiones y dificultades en las relaciones y en la comunicación.
La implicación de todos los miembros: el familiar con dependencia, el cuidador principal y los restantes miembros, hace que se establezcan nuevos roles y responsabilidades a adoptar en la nueva situación.
Si, por ejemplo, el cuidado que se presta es a tu pareja, el cambio en la relación de ambos que hasta ahora había sido de apoyo mutuo, pasará a ser de dependencia de un hacia el otro.
Si es el padre o la madre, por ejemplo, quien se encuentra en situación de dependencia, quien antes podía ser una figura de apoyo y toma de decisiones, pasa a depender de su hija o hijo, y será la hija o el hijo quien adopte muchos de los papeles y responsabilidades que hasta entonces recaían en el padre o la madre.
Cuidar a un familiar exige una enorme inversión de tiempo y esfuerzo, y por ello muchos cuidadores se ven obligados a reducir su jornada laboral o abandonar su puesto de trabajo para dedicarse a prestar los cuidados que el familiar necesita.
Del mismo modo el tiempo libre del que disponemos será menor del que disponíamos antes de convertirnos en cuidadores. Debemos tener presente que el tiempo libre es importantísimo en la vida de las personas ya, entre otras cosas, posibilita descansar y relajar el cuerpo y la mente, dependiendo en buena medida de su disfrute nuestro estado de salud.
Los problemas que se afrontan cotidianamente como cuidador/a de un familiar pueden llevar a momentos de malestar emocional, de dudas sobre el cuidado del familiar, la incertidumbre sobre nuestro propio futuro, problemas familiares que afloran a diario por los propios cuidados, la autoexigencia que los cuidadores tienen sobre sí mismos y los riesgos de salud que tiene ser cuidador principal, hace necesario encontrar una vía de expresión de emociones y sentimientos.
Expresar pensamientos, compartirlos con personas de confianza, y mantener relaciones sociales satisfactorias es esencial para el cuidador o la cuidadora.
La Ley de Dependencia ofrece recursos a través de los Servicios y Prestaciones.
El primer paso para acceder a la cobertura del Sistema es solicitar por escrito la valoración del grado de dependencia de la persona beneficiaria, mediante los formularios que para ello existen.