Hola a tod@s, en esta entrada a blog me gustaría compartir mi colaboración durante el mes pasado de Agosto con la ONG NEPAL SONRIE como Terapeuta Ocupacional en Hetauda (Nepal) en una Casa de Acogida con niños con diversidad funcional.
En la actualidad, ejerzo mi profesión como Terapeuta Bobath en el Centro de rehabilitación neurológica CRENE, donde estoy rodeada de auténticas profesionales que luchan diariamente para que todos nuestros pacientes obtengan la máxima calidad de vida, donde contamos con una serie de recursos como: una sala enorme de fisioterapia, camillas hidráulicas, ordenadores… Y cosas tan simples como una almohada, un bolígrafo o una pelota que no valoramos tener hasta que vas a un país como Nepal donde poder encontrar una toalla puede ser misión imposible.
Antes de comenzar mi voluntariado en la Casa de Acogida, ya desde España, Nepal Sonríe me dio una formación y me guió para conocer más específicamente cuál iba a ser mi rol y con quiénes lo iba a desempeñar, pero hasta que no aterrizas allí no ves la realidad de la situación, y que aunque tengas mil planes para desarrollar, existen tantas variables impredecibles que en muchas ocasiones tienes que improvisar. Hasta ese momento no eres consciente de la cantidad de herramientas profesionales que tenemos guardadas, pero que habitualmente no necesitamos en nuestra vida diaria, ya que aunque en nuestros trabajos no todo es predecible generalmente tenemos unos planes de tratamiento con unos objetivos y seguimos unas directrices que aunque puedan variar algo, todo está más estructurado.
El proyecto de Terapia Ocupacional lleva solo unos meses establecido en la Casa de Acogida de Hetauda, se lleva a cabo con 11 niños, desde Nepal Sonríe les conocemos como “almas libres”, por tanto, mi trabajo lo desempeñé con las 11 “almas libres”, un grupo muy heterogéneo, no es como en España que trabajamos con grupos homogéneos atendiendo a su edad y patología. Allí, me encontré con una situación a la que nunca me había enfrentado: trabajar a la vez con un grupo de niños de distintos rangos de edad y con patologías diversas como: parálisis cerebral infantil, hidrocefalia, síndrome de Down, salud mental… Pero he aprendido que aunque el grupo no sea homogéneo cada uno de ellos obtiene un gran beneficio de la terapia y pueden aprender los unos de los otros.
El objetivo general de este proyecto es conseguir la máxima autonomía e independencia de las almas libres para que alcancen la mayor calidad de vida, y puedan ser participes en una sociedad como es la nepalí, donde el mundo de la discapacidad es algo desconocido y no muy bien visto; supongamos que como en España años atrás, donde muchas personas se avergonzaban de tener un hijo con diversidad funcional. Para conseguir este objetivo tenemos estipulados varios talleres: estimulación cognitiva, integración sensorial, psicomotricidad y taller ocupacional (actividades domésticas), que se desarrollan semanalmente.
Pero, ¿cuáles son las cosas que más me han sorprendido?
Seguiré compartiendo esta maravillosa experiencia en la siguiente entrada al blog. De momento os dejo con algunas fotos de mi experiencia que quiero compartir con vosotr@s.
Un saludo.
Lidia Cubero